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viernes, 23 de abril de 2010

En defensa de Benedicto XVI y su postura frente a los casos de pederastía


Encontré este Blog, administrado e impulsado por miembros del Opus Dei, en relación al "ataque" que viene padeciendo la Iglesia en la cabeza del Papa... buena reseña de documentos... entrar a:

Benedicto XVI, sacerdotes, pederastia y pedofilia: recopilación de fuentes

martes, 9 de febrero de 2010

La Iglesia Católica en el abismo... lectura imperdible de un jesuita egipcio


P. Henri Boulad, sj *

Adital -

[El jesuita egipcio más destacado en los ámbitos eclesial e intelectual, Henri Boulad, lanza un SOS para la Iglesia de hoy en una carta dirigida a Benedicto XVI. La misiva ha sido transmitida a través de la Nunciatura en El Cairo. El texto circula en medios eclesiales de todo el mundo].


Santo Padre:


Me atrevo a dirigirme directamente a Usted, pues mi corazón sangra al ver el abismo en el que se está precipitando nuestra Iglesia. Sabrá disculpar mi franqueza filial, inspirada a la vez por "la libertad de los hijos de Dios" a la que nos invita San Pablo, y por mi amor apasionado por la Iglesia.


Le agradeceré también sepa disculpar el tono alarmista de esta carta, pues creo que "son menos cinco" y que la situación no puede esperar más.


Permítame en primer lugar presentarme. Jesuita egipcio libanés de rito melquita, pronto cumpliré 78 años. Desde hace tres años soy rector del colegio de los jesuitas en El Cairo, tras haber desempeñado los siguientes cargos: superior de los jesuitas en Alejandría, superior regional de los jesuitas de Egipto, profesor de teología en El Cairo, director de Caritas-Egipto y vicepresidente de Caritas Internationalis para Oriente Medio y África del Norte.


Conozco muy bien a la jerarquía católica de Egipto por haber participado durante muchos años en sus reuniones como Presidente de los superiores religiosos de institutos en Egipto. Tengo relaciones muy cercanas con cada uno de ellos, algunos de los cuales son antiguos alumnos míos. Por otra parte, conozco personalmente al Papa Chenouda III, al que veía con frecuencia. En cuanto a la jerarquía católica de Europa, tuve ocasión de encontrarme personalmente muchas veces con alguno de sus miembros, como el cardenal Koening, el cardenal Schönborn, el cardenal Martini, el cardenal Daneels, el Arzobispo Kothgasser, los obispos diocesanos Kapellari y Küng, los demás obispos austríacos y otros obispos de otros países europeos. Estos encuentros se producen con ocasión de mis viajes anuales para dar conferencias por Europa: Austria, Alemania, Suiza, Hungría, Francia Bélgica... En estos recorridos me dirijo a auditorios muy diversos y a los media (periódicos, radios, televisiones...). Lo mismo hago en Egipto y en Oriente Próximo.
He visitado unos cincuenta países en los cuatro continentes y he publicado unos treinta libros en unas quince lenguas, sobre todo en francés, árabe, húngaro y alemán. De los trece libros en esta lengua, quizá haya leído Usted "Gottessöhne, Gottestöchter" [Hijos, hijas de Dios], que le hizo llegar su amigo el P. Erich Fink de Baviera.


No digo esto para presumir, sino para decirle sencillamente que mis intenciones se fundan en un conocimiento real de la Iglesia universal y de su situación actual, en 2009.
Vuelvo al motivo de esta carta, intentaré ser lo más breve, claro y objetivo posible. En primer lugar, unas cuantas constataciones (la lista no es exhaustiva):


1. La práctica religiosa está en constante declive. Un número cada vez más reducido de personas de la tercera edad, que desaparecerán enseguida, son las que frecuentan las iglesias de Europa y de Canadá. No quedará más remedio que cerrar dichas iglesias o transformarlas en museos, en mezquitas, en clubs o en bibliotecas municipales, como ya se hace. Lo que me sorprende es que muchas de ellas están siendo completamente renovadas y modernizadas mediante grandes gastos con idea de atraer a los fieles. Pero no es esto lo que frenará el éxodo.


2. Seminarios y noviciados se vacían al mismo ritmo, y las vocaciones caen en picado. El futuro es más bien sombrío y uno se pregunta quién tomará el relevo. Cada vez más parroquias europeas están a cargo de sacerdotes de Asia o de África.


3. Muchos sacerdotes abandonan el sacerdocio y los pocos que lo ejercen aún -cuya edad media sobrepasa a menudo la de la jubilación- tienen que encargarse de muchas parroquias, de modo expeditivo y administrativo. Muchos de ellos, tanto en Europa como en el Tercer Mundo, viven en concubinato a la vista de sus fieles, que normalmente los aceptan, y de su obispo, que no puede aceptarlo, pero teniendo en cuenta la escasez de sacerdotes...


4. El lenguaje de la Iglesia es obsoleto, anacrónico, aburrido, repetitivo, moralizante, totalmente inadaptado a nuestra época. No se trata en absoluto de acomodarse ni de hacer demagogia, pues el mensaje del Evangelio debe presentarse en toda su crudeza y exigencia. Se necesitaría más bien proceder a esa "nueva evangelización" a la que nos invitaba Juan Pablo II. Pero ésta, a diferencia de lo que muchos piensan, no consiste en absoluto en repetir la antigua, que ya no dice nada, sino en innovar, inventar un nuevo lenguaje que exprese la fe de modo apropiado y que tenga significado para el hombre de hoy.


5. Esto no podrá hacerse más que mediante una renovación en profundidad de la teología y de la catequética, que deberían repensarse y reformularse totalmente. Un sacerdote y religioso alemán que encontré recientemente me decía que la palabra "mística" no estaba mencionada ni una sola vez en "El nuevo Catecismo". No lo podía creer. Hemos de constatar que nuestra fe es muy cerebral, abstracta, dogmática y se dirige muy poco al corazón y al cuerpo.


6. En consecuencia, un gran número de cristianos se vuelven hacia las religiones de Asia, las sectas, la new-age, las iglesias evangélicas, el ocultismo, etcétera. No es de extrañar. Van a buscar en otra parte el alimento que no encuentran en casa, tienen la impresión de que les damos piedras como si fuera pan. La fe cristiana que en otro tiempo otorgaba sentido a la vida de la gente, resulta para ellos hoy un enigma, restos de un pasado acabado.


7. En el plano moral y ético, los dictámenes del Magisterio, repetidos a la saciedad, sobre el matrimonio, la contracepción, el aborto, la eutanasia, la homosexualidad, el matrimonio de los sacerdotes, los divorciados vueltos a casar, etcétera, no afectan ya a nadie y sólo producen dejadez e indiferencia. Todos estos problemas morales y pastorales merecen algo más que declaraciones categóricas. Necesitan un tratamiento pastoral, sociológico, psicológico, humano... en una línea más evangélica.


8. La Iglesia católica, que ha sido la gran educadora de Europa durante siglos, parece olvidar que esta Europa ha llegado a la madurez. Nuestra Europa adulta no quiere ser tratada como menor de edad. El estilo paternalista de una Iglesia "Mater et Magistra" está definitivamente desfasado y ya no sirve hoy. Los cristianos han aprendido a pensar por sí mismos y no están dispuestos a tragarse cualquier cosa.


9. Las naciones más católicas de antes -Francia, "primogénita de la Iglesia " o el Canadá francés ultracatólico- han dado un giro de 180º y han caído en el ateísmo, el anticlericalismo, el agnosticismo, la indiferencia. En el caso de otras naciones europeas, el proceso está en marcha. Se puede constatar que cuanto más dominado y protegido por la Iglesia ha estado un pueblo en el pasado, más fuerte es la reacción contra ella.


10. El diálogo con las demás iglesias y religiones está en preocupante retroceso hoy. Los grandes progresos realizados desde hace medio siglo están en entredicho en este momento.


Frente a esta constatación casi demoledora, la reacción de la iglesia es doble:

- Tiende a minimizar la gravedad de la situación y a consolarse constatando cierto repunte en su facción más tradicional y en los países del tercer mundo.

- Apela a la confianza en el Señor, que la ha sostenido durante veinte siglos y será muy capaz de ayudarla a superar esta nueva crisis, como lo ha hecho con las precedentes. ¿Acaso no tiene promesas de vida eterna?


A esto respondo:


- No es apoyándose en el pasado ni recogiendo sus migajas como se resolverán los problemas de hoy y de mañana.


- La aparente vitalidad de las Iglesias del tercer mundo es equívoca. Según parece, estas nuevas Iglesias atravesarán pronto o tarde por las mismas crisis que ha conocido la vieja cristiandad europea.


- La Modernidad es irreversible y por haberlo olvidado es por lo que la Iglesia se encuentra hoy en semejante crisis. El Vaticano II intentó recuperar cuatro siglos de retraso, pero se tiene la impresión que la Iglesia está cerrando lentamente las puertas que se abrieron entonces, y tentada de volverse hacia Trento y Vaticano I, más que hacia Vaticano III. Recordemos la declaración de Juan Pablo II tantas veces repetida: "No hay alternativa al Vaticano II".
- ¿Hasta cuándo seguiremos jugando a la política del avestruz y a esconder la cabeza en la arena? ¿Hasta cuándo evitaremos mirar las cosas de frente? ¿Hasta cuándo seguiremos dando la espalda, crispándonos contra toda crítica, en lugar de ver ahí una oportunidad de renovación? ¿Hasta cuándo continuaremos posponiendo ad calendas graecas una reforma que se impone y que se ha abandonado demasiado tiempo?


- Sólo mirando decididamente hacia delante y no hacia atrás la Iglesia cumplirá su misión de ser "luz del mundo, sal de la tierra, levadura en la pasta". Sin embargo, o que constatamos desgraciadamente hoy es que la Iglesia está en la cola de nuestra época, después de haber sido la locomotora durante siglos.


- Repito lo que decía al principio de esta carta: "¡SON MENOS CINCO!" -¡fünf vor zwölf!- La Historia no espera, sobre todo en nuestra época, en que el ritmo se embala y se acelera?


- Toda operación comercial que constata un déficit o disfunción se reconsidera inmediatamente, se reúne a expertos, intenta recuperarse, se movilizan todas sus energías para superar la crisis.


- ¿Por qué la Iglesia no hace otro tanto? ¿Por qué no moviliza a todas sus fuerzas vivas para un aggiornamento radical? ¿Por qué?


- ¿Por pereza, dejadez, orgullo, falta de imaginación, de creatividad, quietismo culpable, en la esperanza de que el Señor se las arreglará y que la Iglesia ha conocido otras crisis en el pasado?


- Cristo, en el Evangelio, nos pone en guardia: "Los hijos de las tinieblas gestionan mucho mejor sus asuntos que los hijos de la luz..."


ENTONCES, QUÉ HACER?... La Iglesia tiene hoy una necesidad imperiosa y urgente de una TRIPLE REFORMA:


1. Una reforma teológica y catequética para repensar la fe y reformularla de modo coherente para nuestros contemporáneos.


Una fe que ya no significa nada, que no da sentido a la existencia, no es más que un adorno, una superestructura inútil que cae de sí misma. Es el caso actual.


2. Una reforma pastoral para repensar de cabo a rabo las estructuras heredadas del pasado.


3. Una reforma espiritual para revitalizar la mística y repensar los sacramentos con vistas a darles una dimensión existencial, a articularlos con la vida.


Tendría mucho que decir sobre esto. La Iglesia de hoy es demasiado formal, demasiado formalista. Se tiene la impresión de que la institución asfixia el carisma y que lo que finalmente cuenta es una estabilidad puramente exterior, una honestidad superficial, cierta fachada. ¿No corremos el riesgo de que un día Jesús nos trate de "sepulcros blanqueados"?


Para terminar, sugiero la convocatoria de un sínodo general a nivel de la iglesia universal, en el que participaran todos los cristianos -católicos y otros- para examinar con toda franqueza y claridad los puntos señalados más arriba y los que se propusieran. Tal sínodo, que duraría tres años, se terminaría con una asamblea general -evitemos el término "concilio"- que sintetizara los resultados de esta investigación y sacara de ahí las conclusiones.


Termino, Santo Padre, pidiéndole perdón por mi franqueza y audacia y solicito vuestra paternal bendición. Permítame también decirle que vivo estos días en su compañía, gracias a su extraordinario libro "Jesús de Nazareth", que es objeto de mi lectura espiritual y de meditación cotidiana.


Suyo afectísimo en el Señor,


P. Henri Boulad, s.j.

* Jesuita egipcio libanés de rito melquita. Rector del colegio de los jesuitas en El Cairo

Definición de justicia por el Papa Benedicto XVI

Justicia: “dare cuique suum”

Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra “justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo suyo” - “dare cuique suum”, según la famosa expresión de Ulpiano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica definición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su imagen y semejanza, puede comunicarle. Los bienes materiales ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde. Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Observa san Agustín: si “la justicia es la virtud que distribuye a cada uno lo suyo... no es justicia humana la que aparta al hombre del verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).

¿De dónde viene la injusticia?

El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre... Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver en la reacción de los fariseos una tentación permanente del hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exterior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”, para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de pensar ―advierte Jesús― es ingenua y miope. La injusticia, fruto del mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre” (Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profundo, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir, siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva a replegarse en sí mismo, a imponerse por encima de los demás y contra ellos: es el egoísmo, consecuencia de la culpa original. Adán y Eva, seducidos por la mentira de Satanás, aferrando el misterioso fruto en contra del mandamiento divino, sustituyeron la lógica del confiar en el Amor por la de la sospecha y la competición; la lógica del recibir, del esperar confiado los dones del Otro, por la lógica ansiosa del aferrar y del actuar por su cuenta (cf. Gn 3,1-6), experimentando como resultado un sentimiento de inquietud y de incertidumbre. ¿Cómo puede el hombre librarse de este impulso egoísta y abrirse al amor?

Justicia y Sedaqad

En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justicia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, aceptación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos significados están relacionados, porque dar al pobre, para el israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí, suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escuchar el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf. Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesario salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues, esperanza de justicia para el hombre?

Cristo, justicia de Dios

El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de Dios se ha manifestado... por la fe en Jesucristo, para todos los que creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).

¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción: ¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo suyo”? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profundamente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.

Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo “suyo”. Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.

Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.

Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica.

Vaticano, 30 de octubre de 2009


BENEDICTUS PP. XVI

martes, 10 de noviembre de 2009

Otra vez la cruz... la bendita cruz... ¿la dejamos o la sacamos?


“El crucifijo, los jueces y Natalia Ginzburg” Roma (Italia), 10 Nov. 09 (AICA)


Tras la sentencia del tribunal europeo que proscribe el crucifijo en las aulas escolares, las reacciones que se suceden desde diversos ámbitos italianos evidencian un sentimiento ampliamente compartido: que el símbolo del cristianismo "no genera ninguna discriminación" y el pronunciamiento judicial carece de sentido común, confundiendo la laicidad de las instituciones con la negación del papel del cristianismo.

Por su parte, el diario de la Santa Sede, “L'Osservatore Romano”, recuerda en su edición del 5 de noviembre las palabras de Natalia Ginzburg, quien el 22 de marzo de 1988 escribía en "l'Unitá", el diario fundado por Antonio Gramsci del Partido Comunista Italiano que "el crucifijo no genera ninguna discriminación. Es la imagen de la revolución cristiana que difundió por el mundo la idea de la igualdad entre los hombres".

Estas palabras, dice ‘L’Osservatore Romano’, "a más veinte años de distancia, expresan un sentimiento aún bastante compartido en Italia" como el anuncio del gobierno de apelar la sentencia. "El mundo político evidenció casi unánimemente la falta de buen sentido de este fallo, reiterando que la laicidad es un valor muy distinto a la negación del rol del cristianismo", añade.

Luego de resaltar que ya en 2006 el Consejo de Estado de Italia precisó que es legítima la presencia del crucifijo en las aulas, el diario vaticano aclara que la sentencia de la Corte de Estrasburgo forma parte de una tendencia que busca "un futuro formado por ambientes públicos sin referencias religiosas y culturales por el temor de ofender la sensibilidad de otros".

En realidad, señala, "no es con la negación sino con la acogida y el respeto de las diversas identidades que se defiende la idea de la laicidad del Estado y se favorece la integración de las distintas culturas".

E
l artículo de “L’Osservatore Romano”
"El crucifijo, los jueces y Natalia Ginzburg" es el título del comentario -firmado por Giuseppe Fiorentino y Francesco M. Valiante, responsables, respectivamente, de las áreas de información internacional y vaticana de L’Osservatore Romano que fue publicado el 5 de noviembre. Su texto íntegro dice:

“De todos los símbolos que a diario perciben los jóvenes, la sentencia difundida ayer por el Tribunal de Estrasburgo –que prohíbe la exhibición del crucifijo en las aulas escolares italianas porque supone que es contraria al derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y al derecho de los niños a la libertad de religión- golpeó lo que más representa una gran tradición, no sólo religiosa, del continente europeo. «El crucifijo no genera ninguna discriminación. Calla. Es la imagen de la revolución cristiana que diseminó por el mundo la idea de la igualdad entre los hombres, hasta entonces ausente». Quien escribió estas palabras, el 22 de marzo de 1988, fue Natalia Ginzburg en las páginas de «l’Unità», el diario fundado por Antonio Gramsci, entonces órgano del Partido comunista italiano.

“Las palabras de la escritora, a distancia de más de veinte años, expresa un sentimiento todavía ampliamente compartido en Italia. Lo demuestran las muchas reacciones que siguieron al pronunciamiento del tribunal europeo. Mientras el gobierno italiano anunció que presentó recurso contra la sentencia, el mundo político evidenció casi unánimemente la falta de sentido común inherente a la medida, subrayando cómo la laicidad de las instituciones es un valor bien distinto a la negación del papel del cristianismo.

«Estupor y pesar» expresó en particular el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el jesuita Federico Lombardi, en una severa declaración emitida por Radio Vaticana y por el Tg1 [telediario del primer canal de la Rai, la televisión pública italiana]. «Es grave –afirmó- querer marginar del mundo educativo un signo fundamental de la importancia de los valores religiosos en la historia y en la cultura italiana». Y continuó: «Sorprende además que un tribunal europeo intervenga seriamente en una materia ligada muy profundamente a la identidad histórica, cultural, espiritual del pueblo italiano. No es éste el camino por el que se atrae a amar y compartir más la idea europea, que, como católicos italianos, hemos sostenido fuertemente desde sus orígenes».

“De «visión parcial e ideológica» habló la Conferencia episcopal italiana, subrayando que en la decisión del tribunal «se ignora o se descuida el múltiple significado del crucifijo, que no es sólo símbolo religioso, sino también signo cultural».

“Hay que recordar que en Italia el Consejo de Estado en 2006 ya había considerado legítimas las normas que prevén la exhibición del crucifijo en las escuelas, afirmando que ello no asume valor discriminatorio para los no creyentes porque representa «valores civilmente relevantes y, especialmente, aquellos valores que subyacen e inspiran nuestro orden constitucional».

“En efecto, la sentencia del tribunal de Estrasburgo, con la intención de querer tutelar los derechos del hombre, acaba por poner en discusión las raíces sobre las cuales se fundan esos mismos derechos, desconociendo la importancia del papel de la religión –y en particular del cristianismo- en la construcción de la identidad europea y en la afirmación de la centralidad del hombre en la sociedad.

“Bajo otro perfil, la decisión de los jueces de Estrasburgo parece inspirada en una idea de laicidad del Estado que lleva a marginar la contribución de la religión en la vida pública. Se podría así prefigurar un futuro no tan lejano hecho de ambientes públicos despojados de cualquier referencia religiosa y cultural por miedo a ofender la sensibilidad de otros. En realidad, no es en la negación, sino en la acogida y en el respeto de las diversas identidades donde se defiende la idea de laicidad del Estado y se favorece la integración de las distintas culturas.

«El crucifijo representa a todos» -explicaba Natalia Ginzburg- porque «antes de Cristo nadie había dicho jamás que los hombres son iguales y hermanos todos, ricos y pobres, creyentes y no creyentes, judíos y no judíos, y negros y blancos».

Indignado, Berlusconi tachó de “inaceptable” la sentencia
El presidente del Gobierno de Italia, Silvio Berlusconi, afirmó que la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra la exhibición obligatoria de crucifijos en las aulas, “es inaceptable” precisando además que “Italia es un país en el que la historia del cristianismo es su propia historia".

Las críticas de Berlusconi a la sentencia se sumaron a las de otros ministros de su Gobierno y a las del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, quien deploró que en la Europa del tercer milenio se promueva el retiro del crucifijo de las aulas y se permitan las calabazas de la fiesta de Halloween.+

lunes, 2 de noviembre de 2009

DÍA DE LOS MUERTOS

Recuerdo, oración, gratitud, esperanza y sabiduría son las claves para vivir cristianamente esta jornada

El 2 de noviembre es el día de la conmemoración de los fieles difuntos. Nuestros cementerios y, sobre todo, nuestro recuerdo y nuestro corazón se llenan de la memoria, de la oración ofrenda agradecidas y emocionadas a nuestros familiares y amigos difuntos.

1.- El origen y expansión de esta conmemoración litúrgica es obra, al igual que sucede con la solemnidad del día de Todos los Santos, del celo y de la intuición pastoral de los monjes benedictinos de Cluny hace un milenio.

2.- La conmemoración litúrgica de los fieles difuntos es complementaria de la solemnidad de Todos los Santos. Nuestro destino, una vez atravesados con y por la gracia de Dios los caminos de la santidad, es el cielo, la vida para siempre. Y su inexcusable puerta es la desaparición física y terrena, la muerte.

3.- La muerte es, sin duda, alguna la realidad más dolorosa, más misteriosa y, a la vez, más insoslayable de la condición humana. Como afirmara un célebre filósofo alemán del siglo XX, "el hombre es un ser para la muerte". En la antigüedad clásica, los epicúreos habían acuñado otra frase similar: “Comamos y bebamos que mañana moriremos”.

4.- Sin embargo, desde la fe cristiana, el fatalismo y pesimismo de esta afirmación existencialista y real del filósofo Martin Heidegger y de la máxima epicúrea, se iluminan y se llenan de sentido. Dios, al encarnarse en Jesucristo, no sólo ha asumido la muerte como etapa necesaria de la existencia humana, sino que la ha transcendido, la ha vencido. Ha dado la respuesta que esperaban y siguen esperando los siglos y la humanidad entera a la nuestra condición pasajera y caduca.

La muerte es dolorosa, sí, pero ya no es final del camino. No vivimos para morir, sino que la muerte es la llave de la vida eterna, el clamor más profundo y definitivo del hombre de todas las épocas, que lleva en lo más profundo de su corazón el anhelo de la inmortalidad.

5.- En el Evangelio y en todo el Nuevo Testamento, encontramos la luz y la respuesta a la muerte. Como el testimonio mismo de Jesucristo, muerto y resucitado por y para nosotros. Como el testimonio de los milagros que Jesús hizo devolviendo a la vida a algunas personas.

6.- Las vidas de los santos –de todos los santos: los conocidos y los anónimos, nuestros santos de los altares y del pueblo- y su presencia tan viva y tan real entre nosotros, a pesar de haber fallecido, corroboran este dogma central del cristianismo que es la resurrección de la carne y la vida del mundo futuro, a imagen de Jesucristo, muerto y resucitado.

7.- Por ello, el día de los Difuntos es ocasión para reflexionar sobre la vida, para hallar, siquiera en el corazón, su verdadera sabiduría y sentido, que son la sabiduría y el sentido del Dios que nos ama y nos salva y cuya gloria es la Vida del hombre.

8.- El día de los Difuntos es igualmente tiempo para recordar –volver a traer al corazón- la memoria de los difuntos de cada uno, de cada persona, de cada familia, y para dar gracias a Dios por ellos. Así comprobaremos cómo todavía viven, de algún modo, en nosotros mismos; para comprobar, que somos lo que somos gracias, en alguna medida, a ellos; que ellos interceden desde el cielo por nosotros y cómo tienen aún tanto que enseñarnos y ayudarnos.

9.- Por eso también, el día de los Difuntos es ocasión asimismo para rezar por difuntos. Escribía hace más de medio siglo el Papa Pío XII: “OH misterio insondable que la salvación de unos dependa de las oraciones y voluntarias mortificaciones de otros”. La Palabra de Dios, ya desde el Antiguo Testamento, nos recuerda que “es bueno y necesario rezar por los difuntos para que encuentren su descanso eterno”.

10.- El día de los Difuntos es además una nueva y plástica catequesis sobre los llamados “novísimos”: muerte, juicio y eternidad. Nos recuerda el estadio intermedio a la gloria, al cielo: el purgatorio, y la necesidad de rezar por nuestros hermanos (“las ánimas del purgatorio”) allí presentes para que pronto purguen sus deficiencias y pasan al gozo eterno de la visión de Dios.

Meses antes de fallecer, en junio de 1991, ya muy visitado por la hermana enfermedad, el periodista, sacerdote, escritor y poeta José Luis Martín Descalzo, escribió, con jirones de su propio cuerpo y de su propia alma, estos versos bellísimos y tan cristianos sobre la muerte:
"Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas,
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz , la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura”.

DE NOTICIAS PARA LOS AMIGOS (sj)

viernes, 30 de octubre de 2009

La misión de la Iglesia en “continente digital”, según Benedicto XVI

La misión de la Iglesia en “continente digital”, según Benedicto XVI

Discurso a la plenaria del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales

CIUDAD DEL VATICANO, jueves 29 de octubre de 2009

Señores cardenales,

venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,

queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Con gran alegría os doy mi más cordial bienvenida con motivo de la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales. Ante todo, deseo expresar mi gratitud a monseñor Claudio Maria Celli, presidente de vuestro Consejo Pontificio, por las corteses palabras que me ha dirigido en vuestro nombre. Extiendo mi saludo a sus colaboradores y a los que estáis aquí presentes, agradeciéndoos la contribución que ofrecéis a las sesiones de trabajo de la plenaria y el servicio que ofrecéis a la Iglesia en el campo de las comunicaciones sociales.
En estos días os detenéis a reflexionar sobre las nuevas tecnologías de la comunicación. Incluso un observador poco atento puede constatar fácilmente que en nuestro tiempo, gracias a las más modernas tecnologías, tiene lugar una auténtica revolución en el ámbito de las comunicaciones sociales, de la que la Iglesia está tomando cada vez más responsable conciencia. Estas tecnologías hacen posible una comunicación veloz y penetrante, con una capacidad para compartir ideas y opiniones; facilitan adquirir informaciones y noticias de manera personal y accesible a todos. El Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales sigue desde hace tiempo esta sorprendente y veloz evolución de los medios de comunicación, a la luz del magisterio de la Iglesia. Quisiera recordar aquí, en particular, dos instrucciones pastorales, la "Communio et Progressio" del Papa Pablo VI y la "Aetatis Novae", publicada por voluntad de Juan Pablo II. Dos documentos de autoridad de mis venerados predecesores, que han favorecido y promovido en la Iglesia una amplia sensibilización sobre estos temas.
Además, los grandes cambios sociales acaecidos en los últimos veinte años han exigido y siguen exigiendo un atento análisis sobre la presencia y la acción de la Iglesia en este campo. El siervo de Dios Juan Pablo II, en la encíclica "Redemptoris missio" (1990) recordaba que "el trabajo en estos medios no tiene solamente el objetivo de multiplicar el anuncio. Se trata de un hecho más profundo, porque la evangelización misma de la cultura moderna depende en gran parte de su influjo". Y añadía: "No basta, pues, usarlos para difundir el mensaje cristiano y el magisterio de la Iglesia, sino que conviene integrar el mensaje mismo en esta 'nueva cultura' creada por la comunicación moderna" (n. 37 c.). En efecto, la cultura moderna surge, antes aún que de los contenidos, del hecho mismo de que existen nuevos modos de comunicar con nuevos lenguajes, nuevas técnicas, nuevos comportamientos sicológicos. Todo esto constituye un desafío para la Iglesia, llamada a anunciar el Evangelio a los hombres del tercer milenio, manteniendo inalterado el contenido, pero haciéndolo comprensible gracias también a instrumentos y medios armoniosos con la mentalidad y las culturas de hoy.
Los medios de comunicación social, como son llamados en el decreto conciliar "Inter Mirifica", han asumido hoy potencialidades y funciones que en aquel momento eran difíciles de imaginar. El carácter multimedia y la interactividad estructural de cada uno de los nuevos medios, en cierto sentido, ha hecho disminuir el carácter específico de cada uno de ellos, generando poco a poco una especie de sistema global de comunicación, según el cual, si bien cada medio mantiene su propio carácter peculiar, la evolución actual del mundo de la comunicación obliga cada vez más a hablar de una única forma de comunicación, que sintetiza distintas fuentes o las conecta recíprocamente. Entre vosotros, queridos amigos, hay muchos expertos en esta materia y pueden analizar con más profesionalidad las diferentes dimensiones de este fenómeno, incluidas sobre todo las antropológicas. Quisiera aprovechar la oportunidad para invitar a quienes en la Iglesia trabajan en el ámbito de la comunicación y tienen responsabilidades de guía pastoral a acoger los desafíos que plantean a la evangelización estas nuevas tecnologías.
En el Mensaje con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de este año, al subrayar la importancia que tienen las nuevas tecnologías, he alentado a los responsables de los procesos comunicativos a todos los niveles, a promover una cultura del respeto por la dignidad y el valor de la persona, un diálogo arraigado en la búsqueda sincera de la verdad, de la amistad que no es fin en sí misma, sino capaz de desarrollar los dones de cada uno para ponerles al servicio de la comunidad humana. De este modo, la Iglesia ejerce lo que podríamos definir una "diaconía de la cultura" en el actual "continente digital", recorriendo sus caminos para anunciar el Evangelio, única Palabra que puede salvar al hombre. Al Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales le corresponde profundizar en cada elemento de la nueva cultura de los medios, comenzando por sus aspectos éticos, y ejercer un servicio de orientación y guía para ayudar a las Iglesias particulares a comprender la importancia de la comunicación, que representa hoy por hoy un punto firme e irrenunciable de todo plan pastoral. Las características de los nuevos medios hacen posible precisamente, incluso a amplia escala y en dimensión global, una acción de consulta, de intercambio, de coordinación, que además de incrementar una eficaz difusión del mensaje evangélico, evita en ocasiones una inútil pérdida de energías y recursos. Ahora bien, en el caso de los creyentes, la necesaria valoración de las nuevas tecnologías mediáticas debe ser apoyada siempre por una constante visión de fe, sabiendo que, más allá de los medios que se utilizan, la eficacia del anuncio del Evangelio depende en primer lugar de la acción del Espíritu Santo, que guía a la Iglesia y el camino de la humanidad.
Queridos hermanos y hermanas: este año se celebra el quincuagésimo aniversario de la fundación de la Filmoteca Vaticana, instituida por mi venerado predecesor, el beato Juan XXIII, que ha recogido y catalogado material grabado desde 1896 hasta hoy, capaz de ilustrar la historia de la Iglesia. La Filmoteca Vaticana posee, por tanto, un rico patrimonio cultural, que pertenece a toda la humanidad. Mientras expreso viva gratitud por lo que se ha realizado, aliento a continuar en este interesante trabajo de recolección, que documenta las etapas del camino de la cristiandad, a través del sugerente testimonio de la imagen, para que estos bienes sean custodiados y conocidos.
A los que estáis aquí presentes, os agradezco nuevamente la contribución que ofrecéis a la Iglesia en un ámbito particularmente importante en estos momentos, como es el de las comunicaciones sociales, y os aseguro mi cercanía para que la acción de vuestro Consejo Pontificio siga ofreciendo muchos frutos. Sobre cada uno invoco la intercesión de la Virgen y os imparto a todos la bendición apostólica.
[Traducción del original italiano por Jesús Colina
©Libreria Editrice Vaticana]

gracias a zenit.org

jueves, 13 de agosto de 2009

QUINTA ESCUELA EMAUS - LIMA 2009 INSCRIPCIONES ABIERTAS

¿Que temas trabajar con los jóvenes del grupo? ¿Qué hacer después de la confirmación? ¿Cómo ordenar los temas para formar a los jóvenes? ¿Qué hacer para responder a sus expectativas? ¿Cómo hacer para que no se aburran y realmente "sientan" que les sirve?


Estas y otras preguntas que los y las agentes pastorales (así como cualquier persona que ha decidido "perder el tiempo" con los/as jóvenes) se hacen en sus comunidades, son las que nos inspiran para apostar en la generación de procesos de formación participativos, que potencien sus capacidades y permitan responder eficientemente a las demandas de los jóvenes en sus experiencias pastorales y locales.





¿Qué es la Escuela Emaus?


Es el conjunto de propuestas que Encuentros, Casa de la Juventud, para fortalecer las diferentes experiencias de Pastoral Juvenil - Vocacional, o de trabajo formativo de jóvenes en los diversos espacios donde esllos y ellas se enuentren: la escuela, el barrio, la calle, la universidad, el voluntariado, el trabajo, el encierro, etc...


Para ello, capacitamos a los participantes en la elaboración de modelos de formación y acompañamiento, que respondan a las necesidades de los y las jóvenes y a su consolidación como discípulos-misioneros de Jesucristo.

¿Qué ofrecemos?


La Escuela de Pastoral Juvenil Emaus te invita a ser un agente que lidere los procesos formativos que se dan en tu grupo, comunidad o movimiento juvenil.



¿Cuánto dura y cuándo se realizará?



Alrededor de 70 horas lestivas distribuidas en dos Talleres Internados (finde semana), un Taller Externo y Asesoría a distancia (on line y presencial) Para más detalle ver Cronograma completo



Costo: S/. 450.00 por participante, que incluye gastos de alojamiento y alimentación en los talleres internados, materiales, asesoría y capacitación durante el curso y certificación.



Becas: Hay u programa de Becas al cual cualquiera puede acceder. Ver información detallada en Escuela Emaús Becas.



SOLO HAY 20 VACANTES



Informes:



inscripciones@escuelaemaus.org



zeeveraldo@encuentroscj.org



511 - 4338110

511 - 9893-01564

511 - 9938-25207



http://www.escuelaemaus.org/

martes, 7 de julio de 2009

ASESINATO DEL P. GISLEY


El Padre Gisley al momento de su muerte trabajaba con la pastoral de juventud del Brasil, y tenia una lucha contra la violencia que tanta vida de jóvenes había terminado, participo con nosotros en el Encuentro de responsables realizado el el mes de febrero del 2007.


Nota da CNBB sobre assassinato do Pe. Gisley


A Conferência Nacional dos Bispos do Brasil – CNBB, profundamente consternada, comunica o assassinato do padre Gisley Azevedo Gomes, CSS, assessor nacional do Setor Juventude desta Conferência, ocorrido ontem, 15 de junho. O crime está sendo investigado com empenho pela Polícia com o acompanhamento dos advogados da CNBB e da Congregação dos Sagrados Estigmas (Estigmatinos) à qual padre Gisley pertencia.


Ordenado em 29 de maio de 2005, padre Gisley estava na assessoria do Setor Juventude da CNBB há pouco mais de dois anos. Comprometido com a vida da juventude, organizava, juntamente com as Pastorais da Juventude do Brasil, a Campanha Nacional contra o Extermínio da Juventude que tem como lema “Juventude em marcha contra a violência”. Lamentavelmente ele foi vítima da violência que ansiava combater.

Esperamos confiantes que o crime seja apurado com eficiência e os culpados punidos com justiça. Lembrando a Campanha da Fraternidade que realizamos sobre a Segurança Pública, reafirmamos a urgência de toda a sociedade se mobilizar para por fim à violência que ceifa vidas tão precocemente.

Aos familiares e amigos do padre Gisley, à Congregação dos Estigmatinos, às Pastorais da Juventude do Brasil e aos Movimentos Juvenis a CNBB manifesta seu pesar e sua solidariedade, firmada na palavra do evangelho que nos faz crer na Ressurreição. Cremos firmemente que, neste momento, padre Gisley, atendendo à voz do Cristo que disse: “Jovem, eu te digo, levanta-te!” (Lc 7,14), nasce para a vida eterna. Que Nossa Senhora Aparecida o acolha no Reino de seu Filho Jesus.

Brasilia, 16 de junho de 2009


Dom Geraldo Lyrio Rocha
Arcebispo de Mariana
Presidente da CNBB

Dom Luiz Soares Vieira
Arcebispo de Manaus
Vice-presidente da CNBB

Dom Dimas Lara Barbosa
Bispo Auxiliar do Rio de Janeiro
Secretário Geral da CNBB

jueves, 14 de mayo de 2009

Lo más importante de la delicada jornada del Papa en territorio palestino - israelí

El Papa Benedicto XVI está en Tierra Santa desde el 8 de Mayo hasta el 15 de Mayo.
Desde ayer está en tierra palestina, visitó Belén, el lugar del Pesebre y a un campo de refugiados palestinos...

Aqui un breve relato enviado por Rómulo Franco SJ (noticias para los amigps) sobre su primer día en esta tierra en constante conflicto...

¿Dónde queda exactamente el Pesebre?(VIS).

Esta mañana a las 8.45 (hora local) Benedicto XVI se desplazó de la delegación apostólica de Jerusalén al Palacio presidencial de la Autoridad Palestina, en Belén.

Los Territorios Autónomos Palestinos (color verde en la imagen) comprenden dos entidades geográficas separadas entre sí por 30 kms de territorio israelí: Cisjordania (o Franja Occidental) que limita al este con Israel (la ciudad más cercana es Jerusalén, a sólo diez kilómetros, ver imagen) y con Jordania al oeste. La otra porción de territorio es la tan mencionada “Franja de Gaza” que limita con Israel y Egipto.

La entidad (Territorios Autónomos Palestinos) está reconocida por la ONU tras los Acuerdos de Oslo (1993) entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Los territorios están gobernados por la Autoridad Palestina cuya sede es Ramallah (ver mapa), en Cisjordania y su presidente es Mahmoud Abbas.

Belén (un poco al sur de Jerusalén) forma parte desde 1995 de los Territorios Autónomos Palestinos. El Palacio presidencial, donde fue acogido el Papa esta mañana, fue construido por el difunto Yasser Arafat, presidente de la OLP y primer presidente de la Autoridad Nacional Palestina.

El Papa mencionó en su discurso: “Sé cuanto habéis sufrido y seguís sufriendo a causa de los tumultos que han afligido esta tierra durante décadas. Mi corazón se dirige a todas las familias que han perdido sus hogares. (...) A aquellos que lloran la pérdida de sus familiares y seres queridos en las hostilidades, especialmente en el reciente conflicto de Gaza les garantizo mi profunda participación y mi frecuente recuerdo en la oración. Rezo por vosotros todos los días e imploro al Excelso la paz, una paz justa y duradera en los territorios palestinos y en toda la región".

Hablando al presidente Abbas, el Santo Padre afirmó: "La Santa Sede apoya el derecho de su pueblo a la soberanía de una patria palestina en la tierra de vuestros antepasados, segura y en paz con sus vecinos, dentro de fronteras reconocidas internacionalmente. Aunque en el tiempo presente la realización de este objetivo parezca lejana, le animo, al igual que a su pueblo, a mantener viva la llama de la esperanza…

Benedicto XVI saluda a la multitud a la salida de la Plaza del Pesebre –al costado de la Iglesia de la Natividad-, donde ofició una misa hoy a las diez de la mañana. (Foto: Agencia Associated Press)



Más datos:
-Según María Fernanda Bernasconi, de Radio Vaticano, Belén se encuentra a apenas 10 kilómetros de Jerusalén, pero para entrar es necesario pasar por un “check point”, un punto de control militar donde los palestinos no pueden salir libremente, salvo excepciones. En la Plaza del Pesebre Benedicto XVI celebró la santa misa. Una plaza que se presentó abarrotada ante la presencia de diez mil fieles. Sin embargo, de los 250 católicos que viven en la Franja de Gaza, las autoridades israelíes concedieron 95 permisos, pero sólo 48 pudieron asistir a esta celebración con el Sucesor de Pedro. En la última oración de los fieles, en lengua árabe, se pidió por los niños de Gaza, que han sufrido por el miedo, la frustración, que han quedado huérfanos o han muerto.

“Checkpoint” mencionado en la nota. (Foto: agencia Getty Image)-

¿Qué decir en un campo de refugiados palestinos?(Radio Vaticana).

El Santo Padre ha llegado a las 3.30 al campo de refugiados de Aida, uno de los campos en los Territorios Palestinos que acogen un total de un millón 300 mil desplazados palestinos, producto de dos migraciones forzadas principales: la de 1948 en el nacimiento del estado de Israel y la del 1967, tras la guerra de los seis días.

El Santo Padre ha querido expresar en primer lugar su solidaridad con todos los palestinos sin hogar que claman por volver a sus lugares de nacimiento o por vivir permanentemente en una patria propia. Todo el discurso del Pontífice a “quienes viven en condiciones precarias y difíciles” y con “limitadas oportunidades de trabajo”, a “quienes tienen sus familias divididas por el encarcelamiento de alguno de sus miembros”, y a quienes han perdido a seres queridos, ha girado constantemente en torno al conflicto palestino israelí.


Discurso de Benedicto XVI en el campo de refugiados Aida. Al fondo se observa el muro de separación al cual aludió. Foto: Getty Images

El Papa ha manifestado que, en efecto “las legítimas aspiraciones a una patria permanente, a un Estado Palestino independiente todavía no se han cumplido”, y que sabe perfectamente que “se sienten atrapados” en una “espiral de violencia, de ataques y contraataques, de venganzas y destrucciones continuas”. El mundo entero desea que se rompa esta espiral, anhela que la paz ponga fin a las perennes hostilidades, y sin embargo esta misma tarde, ha dicho el Santo Padre, es duro ser concientes de l punto muerto donde se encuentran los contactos entre palestinos e israelíes.

Benedicto XVI ha lamentado la existencia del muro “en un mundo donde las fronteras se abren cada vez más: al comercio, a los viajes, a la movilidad humana, a los intercambios culturales”. En este contexto es trágico ver todavía que se erigen muros. “Pero de ambas partes del muro es necesario un gran valor para superar el miedo y la desconfianza. Es necesario magnanimidad para buscar la reconciliación tras años de enfrentamientos armados”.

En este mismo contexto el Santo Padre ha reconocido el papel esencial de la ayuda humanitaria, pero “la solución de un conflicto –ha dicho- es política. Nadie se espera que los pueblos palestino e israelí lleguen solos. Es vital la ayuda internacional”.

Agradecemos a este servicio de noticias no oficial que busca ampliar y mejorar el nivel de información y documentación acerca de Iglesia. La edición es responsabilidad de Marco Antonio Vásquez bajo la dirección de Rómulo Franco SJ. Lima, mayo de 2009.

Para leer lo que dijo Benedicto XVI al Pueblo de Israel, a los Palestinos y a todos los que habitan estas tierras...

martes, 5 de mayo de 2009

lunes, 6 de abril de 2009

¿En qué creen los que no creen?

Ad portas de la Semana Santa, Sabemos que muchos nos iremos a pasar unos días de tranquilidad y reflexión personal, o a celebrar los días en alguna comunidad parroquial, o simplemente la pasara bien en compañía de gente que quiere…

No queremos dejar pasar esta fecha paras compartir con ustedes lo que nos anima y da sentido a nuestras vidas. Estamos seguros que varios de ustedes se identificarán con esta reflexión sobre el sentido de creer en Jesucristo hoy.

La semana santa inicia el Domingo de Ramos y termina el Sábado de Gloria. No vamos a entrar en detalles litúrgicos. Solo queremos detenernos en re – leer los signos de la semana santa y con ello dejar algún mensaje que pueda ayudarnos a vivir mejor estos días.

La Semana Santa tiene tres signos fundamentales: la última cena, la cruz y el sepulcro vacio. A continuación explicamos cada uno estos momentos en su sentido para nuestra historia…

La última cena y lavatorio de los pies:

El compartir como entrega generosa de quien se da así mismo porque reconoce que él mismo se debe al otro, expresado concretamente en el servicio a las necesidades del otro. El honor no es de quien está sentado al costado, sino de quien está sentado al centro, que en agradecimiento lava los pies a sus invitados. ¿No tiene sentido acaso “estar-al-lado-del-otro” para aprender del otro y no para “enseñar”? ¿No tiene sentido acaso saber que cuando doy reconozco que es más lo que recibo?

El camino y la cruz:

La consecuencia lógica de la coherencia. ¿Qué le podría esperar a alguien que en medio de una economía de acumulación viva la economía solidaria? ¿Qué le podría pasar a alguien que en medio de una política corrupta de exclusión vive una política de comunión y participación? ¿Qué le podría suceder a alguien que en medio de una religión del de dominación, sometimiento y la pasividad vive una religión centrada en una espiritualidad libre y responsable?

El sepulcro vacío:

El eje fundamental de la fe cristiana no se funda en alguien que vino a salvarnos del pecado, muriendo en la cruz, enviado por su Padre. El Padre no es un dios tirano, malvado, que busca en el sacrificio un modo de “vivir” muriendo, sin libertad, asumiendo un discurso de negación: dejando de ser lo que eres para ser “otro”. La muerte y la cruz, así, no tienen sentido. El Padre no es un dios a quien temer, por que el pecado nos condena. No nos cimentamos en el temor, nuestra fe no es temerosa, pasiva, de dominación sometimiento.

El eje fundamental de la fe cristiana se funda en Jesucristo, quien vino para construir el Reino, he aquí el centro de su mensaje y de su vida traducida en una economía solidaria, una política de comunión y participación, una religión responsable con su historia; las tres en sintonía promoviendo al hombre en su integridad y a todos los hombres; viviendo fielmente la convicción de este proyecto nuevo en una primera comunidad, reconociéndose enviado por el Padre. Para eso estamos, para construir el Reino, porque sabemos que el sepulcro vacío nos llama a salir de nuestros propios “lugares de muerte”. Él no es un dios de muertos, es un Dios de vivos, que buscan y construyen la vida con justicia.

Feliz Pascua de Resurrección 2009.

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miércoles, 25 de marzo de 2009

Ze después de taller de capacitación en Huamanga

Holas amigos y amigas...

El viernes 20 y sábado 21 estuvimos José y yo en Huamanga para realizar un Taller de Capacitación con agentes pastorales jóvenes de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Ayacucho.

Tuvimos que suspender el Taller hasta finales de Abril, porque hay cosas de política eclesial que han surgido y que retrasan la propuesta. Nada del otro mundo, cosas de nuestra Iglesia, pasivos con los que hay que vivir... y que son difícles de tranasformar, al menos desde nuestra posición...

Sin embargo, nos sentamos con los coordinadores de la zona para plantear nuevas estrategias de como impulsar el proceso de acompañamiento.

Ha sido ocasión para revisar nuestras estrategias y adecuarlas a nueva coyuntura... oajlá acertemos en nuestro planteamiento...

abrazo

Ze Everaldo Vicentello
(Educador, Área SXC)

martes, 24 de marzo de 2009

VIVE LA SEMANA SANTA



La Pastoral Juvenil Jesuita y las Hnas. Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús (congregación de nuestra amiga Cristabel) nos invitan a vivir SEMANA SANTA:

1.- Pascua Rural en Ambar – sierra de Huaura. Del 09 al 12 de abril.

Informes: Gonzalo Benavides SJ gonbeme@yahoo.com


Telf.: 463-7284

  • 2.- Ejercicios Espirituales para jóvenes. Del 8 al 12 de abril en Huachipa.

Informes: José Antonio Recharte SJ joserecharte@gmail.com



3.- Retiro para Jóvenes Del 09 al 12 de abril en Chaclacayo.


Informes: Hna. Julia Sánchez Concha - Telef.: 423-8990


Vive una SEMANA SANTA diferente...


Gracias a Pastoral Juvenil Jesuita -http://www.sjoven.com/.


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miércoles, 4 de marzo de 2009

El Papa invita a los jóvenes cristianos a “dar esperanza” a su generación

Publicado hoy el Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de este año

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 4 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI invita a los jóvenes cristianos a "dar esperanza" a sus coetáneos hoy, precisamente en un momento de crisis de esperanza, en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de este año, que se celebrará en ámbito diocesano el próximo domingo de Ramos y que hoy ha hecho público la Santa Sede.

"La crisis de esperanza afecta más fácilmente a las nuevas generaciones que, en contextos socio-culturales faltos de certezas, de valores y puntos de referencia sólidos, tienen que afrontar dificultades que parecen superiores a sus fuerzas", afirma el Papa.

Los jóvenes de hoy están en muchos casos "heridos por la vida, condicionados por una inmadurez personal que es frecuentemente consecuencia de un vacío familiar, de opciones educativas permisivas y libertarias, y de experiencias negativas y traumáticas".

"Para algunos -y desgraciadamente no pocos-, la única salida posible es una huida alienante hacia comportamientos peligrosos y violentos, hacia la dependencia de drogas y alcohol, y hacia tantas otras formas de malestar juvenil".

Sin embargo, "incluso en aquellos que se encuentran en situaciones penosas por haber seguido los consejos de 'malos maestros', no se apaga el deseo del verdadero amor y de la auténtica felicidad", afirma el Papa a los jóvenes, señalándoles la urgencia "de una nueva evangelización, que ayude a las nuevas generaciones a descubrir el rostro auténtico de Dios".

El Papa recuerda en su mensaje lo que dijo a los jóvenes en Sydney durante la misa conclusiva, exhortándoles a dejarse "plasmar por Él para ser mensajeros del amor divino, capaces de construir un futuro de esperanza para toda la humanidad".

"Verdaderamente, la cuestión de la esperanza está en el centro de nuestra vida de seres humanos y de nuestra misión de cristianos, sobre todo en la época contemporánea", subraya.

La esperanza que deben transmitir los jóvenes debe ser "firme y creíble"; "La experiencia demuestra que las cualidades personales y los bienes materiales no son suficientes para asegurar esa esperanza que el ánimo humano busca constantemente".

En este sentido, destaca que "una de las consecuencias principales del olvido de Dios es la desorientación que caracteriza nuestras sociedades, que se manifiesta en la soledad y la violencia, en la insatisfacción y en la pérdida de confianza, llegando incluso a la desesperación".

San Pablo, modelo para los jóvenes

Aprovechando que esta JMJ tendrá lugar en el contexto del Año paulino, el Papa aprovecha en el mensaje para proponerle como modelo de "testigo de la esperanza", en medio de las crisis y dificultades que tuvo que atravesar.

Cuando encontró a Cristo en el camino de Damasco, explica, "Pablo era un joven como vosotros, de unos veinte o veinticinco años, observante de la ley de Moisés y decidido a combatir con todas sus fuerzas, incluso con el homicidio, contra quienes él consideraba enemigos de Dios".

Para Pablo, "la esperanza no es sólo un ideal o un sentimiento, sino una persona viva: Jesucristo, el Hijo de Dios", añade el Papa. "Jesús, del mismo modo que un día encontró al joven Pablo, quiere encontrarse con cada uno de vosotros, queridos jóvenes".

Este encuentro con Cristo tiene lugar sobre todo "en la oración", subraya, invitando a los jóvenes a "dar espacio a la oración", y no sólo la personal, sino especialmente en comunidad: "hay muchas formas para familiarizarse con Él; hay experiencias, grupos y movimientos, encuentros e itinerarios para aprender a rezar y de esta forma crecer en la experiencia de fe. Participad en la liturgia en vuestras parroquias y alimentaos abundantemente de la Palabra de Dios y de la participación activa en los sacramentos", añade.

Otra exhortación del Papa es la de la evangelización: "La Iglesia cuenta con vosotros para esta misión exigente. Que no os hagan retroceder las dificultades y las pruebas que encontréis. Sed pacientes y perseverantes, venciendo la natural tendencia de los jóvenes a la prisa, a querer obtener todo y de inmediato".

Por último, pide la intercesión de la Virgen, Estrella del Mar, citando una conocida ración de san Bernardo: "Cualquiera que seas el que en la impetuosa corriente de este siglo te miras, fluctuando entre borrascas y tempestades más que andando por tierra, ¡no apartes los ojos del resplandor de esta estrella, si quieres no ser oprimido de las borrascas!".

Y concluye: "Siguiéndola, no te desviarás; rogándole, no desesperarás; pensando en ella, no te perderás".

Por Inma Álvarez

Para leer el mensaje completo, clickea AQUI.

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