martes, 26 de enero de 2010

El pueblo de Haití no está desesperado

El pueblo de Haití no está desesperado


P. Leonardo Grasso (Puerto Príncipe-Haití)

21/01/2010

Junto con Juan Carlos, de la asociación civil Ícaro, hemos llegado desde Venezuela hace unos días a Haití y ahora nos encontramos en Puerto Príncipe, capital del país, que ha sido la ciudad más golpeada por el terremoto que sacudió a todo el país el pasado martes 14 de enero. Las huellas de aquel acontecimiento se pueden ver con dramática evidencia en la cantidad de edificios que se han desplomado en la ciudad: las edificaciones son reducidas a montañas de escombros, construcciones de varios pisos ahora miden un par de metros porque las placas de los diferentes niveles se han caído una sobre la otra y están separadas sólo por unos centímetros de materiales.

Caminando por la ciudad la ruina que se ve es impresionante y la destrucción que se vive golpea con fuerza y no puede dejar de sacudir toda nuestra humanidad. Sin embargo, hay algo que me golpea hasta con mayor violencia en esta situación dramática. Acá en Puerto Príncipe se asiste a un frenesí de solidaridad: ONG y organizaciones de todo tipo se prodigan en enfrentar la emergencia; voluntarios llegados de todos los lugares del mundo se afanan en el servicio a los necesitados; los diferentes gobiernos donan millones de dólares para la reconstrucción; los medios de comunicación dedican toda su programación a la "Emergencia Haití"; personalidades de todos los sectores proclaman su solidaridad con las victimas; todos lanzan llamados de solidaridad... Todo este dispositivo de solidaridad, de generosidad, de iniciativas, de febril e ininterrumpida actividad manifiesta me parece algo que deja perplejos. Es evidente y conmovedora la generosidad y la entrega de tanta gente, la impresión es que se esté propiciando y asistiendo a una inmensa ola de sentimientos que generan una impresionante y conmovedora actividad. Pero algo está faltando.

La solidaridad, la movilización, la emergencia, la urgencia dominan el horizonte y la percepción de lo sucedido. Es como si la justa y hasta admirable iniciativa de miles de personas agotara toda la posición humana frente a lo que aconteció, convocando todas las energías y ocupando todo el dinamismo de la persona y de la sociedad. Parece como si toda la maquinaria de solidaridad internacional diera por descontado y difundiera la conciencia de que todo lo que ha pasado es simplemente una desgracia, una lamentable anomalía de la realidad a la cual se tiene que contraponer la más perfecta y eficiente capacidad de movilización y de iniciativa del hombre, corrigiendo con la organización y el esfuerzo de voluntad (a veces disfrazada con el nombre de ciertos "valores") sus negativas consecuencias. Más aún, se tiene la impresión de que todo parece conspirar para callar algo que está en lo profundo de lo que aconteció, algo que está dentro de lo que sucedió, algo que está presente entre los escombros de estas edificaciones destruidas y el dolor de esta gente.

A esto contribuyen también las noticias que distorsionan la realidad hablando de un pueblo determinado por la desesperación, con continuos episodios de violencia, con saqueos por parte de grupos hambrientos y con fallos en la organización humanitaria. Todo esto no es verdad y lo puedo afirmar por experiencia directa, no por haberlo leído en las informaciones de alguna agencia internacional. Pero parece que se quiere dar la interpretación de un pueblo desesperado y casi deshumanizado frente a la dificultad.

Hoy, recorriendo Puerto Príncipe, no podíamos dejar de pararnos frente a cada edificio derrumbado, no podíamos no quedarnos en silencio frente a aquellas ruinas, no podíamos dejar de mirar aquellos escombros y aquellos cuerpos aprisionados y ya en putrefacción, sin dejarnos sacudir por la evidencia que de allí surgía: la de un lugar misteriosamente pero evidentemente sagrado. "Misteriosamente", porque uno no logra percibir con sus pequeños criterios todo el sentido de aquella realidad y abarcar lo que está aconteciendo frente a nuestros ojos; pero, al mismo tiempo, "evidentemente sagrado", porque es casi imposible (sólo resulta posible censurando la propia humanidad) no darse cuenta de que allí, exactamente entre aquellos escombros, está presente algo grande, algo que tiene que ver con el destino de cada hombre que está debajo de aquellas ruinas y con el destino de cada uno.

Mirar los escombros de las dos universidades que se derrumbaron mientras estaban repletas de profesores que dictaban sus clases, de empleados y obreros que prestaban sus servicios y de cientos de jóvenes estudiantes que se estaban formando; ver las ruinas de unos colegios que ahora custodian los cuerpos de miles de niños y adolescentes que estaban frecuentando sus clases; entrar entre los escombros del arzobispado en cuyo interior yacen ahora los cuerpos del arzobispo de Puerto Príncipe, de varios sacerdotes y de decenas de feligreses que estaban reunidos con él; caminar encima de lo que quedó de los tres seminarios en los cuales casi doscientos seminaristas encontraron la muerte; cruzar la mirada de hombres y mujeres que están frente a sus casas derrumbadas en cuyo interior inaccesible se encuentran los cuerpos de sus hijos; pensar en cada uno de los que quedaron bajo aquellos escombro con su anhelo de felicidad y plenitud; intentar imaginar los últimos momentos de vida de aquellos hombres; escuchar los relatos de las personas que sobrevivieron y de las que han sido rescatadas después de horas o días de entre los edificios derrumbados... Todo esto nos hace detenernos en silencio con una pregunta que surge del corazón sobre el significado, el valor, el sentido secreto de aquel hecho.

En la mirada y desesperación de muchos de los socorristas se hace evidente la percepción que tienen de lo que aconteció como simplemente un desastre, una maldición; en muchos integrantes de ONG se percibe la calculada eficiencia de los "expertos en emergencias"; en tantos operadores comunicacionales el anhelo de encontrar la "noticia sensacional"; en muchos políticos la preocupación del análisis de la situación.

¿Y el pueblo sencillo de Haití?

Es impresionante ver la humildad y fortaleza con que vive esta situación; el silencio de la gente casi enmudecida frente a tanto dolor; la tranquilidad (que muchos socorristas confunden con apatía o indolencia) aun en la tragedia; los gestos sencillos de ayuda y fraternidad en el compartir lo poco que tienen; la falta de violencia y desesperación; el dormir en el piso de una plaza o en plena calle sin quejarse o maldecir a nadie; el asumir con fortaleza sus heridas físicas (muchísimos son los heridos y quienes han perdido brazos o piernas) y las heridas aún más profundas causadas por la muerte de sus seres queridos; la mirada sorprendida y a veces distante frente a tanta actividad de los socorristas, que presumen saber lo que ellos necesitan y que intentan inculcarles sus soluciones; la impresión que transparenta a menudo de sus miradas repletas de agradecimiento por la ayuda que reciben, pero llenas de la evidencia de que los socorristas no los entienden, de que muchos de aquellos que los ayudan no entienden lo que ellos entienden, no comprenden lo que ellos guardan en su profundo interior.

Ciertamente, no se trata de no actuar o de dejar de proporcionar la ayuda necesaria. No se trata de detenerse sino, por el contrario, de potenciar y aumentar el modo de estar y actuar en esta realidad, poniéndonos con toda nuestra humanidad frente a lo que está aconteciendo y a las personas que sufren las consecuencias del terremoto. Se trata de mirar. De mirar verdaderamente. Se trata de ponerse frente a esta realidad con toda nuestra humanidad abierta de par en par, sin tener miedo de la aparente contradicción, sin huir en el activismo para no enfrentar las preguntas que el dolor nos pone, sin encerrar en un banal sentimentalismo lo que, por lo contrario, constituye una provocación para nuestra razón, dejándonos tocar en lo hondo, en las exigencias profundas que nos constituyen, para poder ver lo que verdaderamente habita dentro de lo que está aconteciendo. Se trata, en fin, de pedir un corazón sencillo, capaz de reconocer la presencia del Misterio entre aquellos escombros, y así poder actuar de una manera plenamente humana, capaz de abrazar la realidad en la totalidad de los factores que la constituyen y por eso verdaderamente útil a nuestros hermanos haitianos.

lunes, 25 de enero de 2010

Rocio se va, adios Teniente pollito...


A partir del viernes Rocio Sabogal ya no estará con nosotros como todos los días en su oficina del Batallón Chiflado... ha decidido tomar otros rumbos y esperamos que sean los mejores... y deseamos que le vaya re-bien...

Ella es comunicadora para el desarrollo de la PUCP (ta bueno el cherri no?)y era parte del Equipo del área de Participación y Buen Gobierno, en él se encargaba de todo el componented de comunicación: (reporteros de cada zona, webs, webs, campañas y más webs...)

Aqui se ganó el chaplín de "teniente pollito"...

Rocio, no vendrás a la oficina pero sigues siendo parte de esta red, tejido y demás sinónimos que le damos a estas cosas cuando más que encontrarnos en la chamba nos hemos vinculado... por ello aunque lejos: "hablemos, alcancémonos hasta donde es posible y como sea posible..." Fuerte abrazo....

a continuación palabras de la TENIENTE POLLITO(r)...


Mensaje a la nación:



Como ya la mayoría de ustedes saben, este viernes es mi último día en Encuentros, ya que por motivos y proyectos personales, decidí seguir otro camino!.

Para no ponerme seria ni dramática, que no es mi estilo, sólo quiero decirles que los voy a extrañar mucho, ya sé que nadie se ha muerto y seguiremos viéndonos de vez en cuando o escribiéndonos pero ya no los veré a diario como hasta ahora.



Al contrario de algunas inquietudes, predicciones y “demases”, en este año que estuve acá llegué a sentir bastante confianza con todos ustedes, cariño y bastante química, lo que hizo más difícil la decisión que tomé.



Definitivamente voy a extrañar las horas de almuerzo, post almuerzo desayunos y claro está la chamba en equipo que hemos tenido todo este tiempo. Todo es medio complicado porque para mí esto era como llegar a mi casa, pero estoy segura que lo que se viene va a ser muy bueno también: ya no trabajaremos juntos, pero me voy con experiencias, buenos recuerdos, aprendizajes y amigos que como dice el gran ZE, no es fácil de encontrarlos así nomás.



Así que para ya no alargar más este asunto, me despido (al menos por este medio)



Muchos abrazos



Rocío

ENCUENTROS YA ESTÁ EN LO MIO





Desde el miércoles 20 se está realizando, con ayuda de un conjunto de organizaciones aliadas, el lanzamiento simultáneo del Premio LO MÍO - 2010, en Lima y otras 13 regiones del Perú, a través de una campaña de intriga en web, redes sociales, con afiches y spots radiales.

El Premio LO MÍO busca reconocer y premiar públicamente las iniciativas innovadoras protagonizadas por jóvenes organizados. Estas buenas prácticas deberán ser concertadas con sus municipalidades y apuntar al desarrollo sostenible de sus localidades.

Cada uno de los premios de las cinco categorías consiste en dinero en efectivo, así como la participación en un Encuentro Nacional y un viaje de aprendizaje.

Este concurso es parte del proyecto Juventud, Gestión Local y Desarrollo Sostenible
(http://www.perudiverso.org/ )

difunde la información invitando a tus contactos del FACEBOOK y/o enviando un mail con el link de la página web del PREMIO LOMIO...

http://www.facebook.com/noakeiko?ref=nf#/pages/PremioLOMIO/303858896216/


http://www.lomio.org/

NO A KEIKO... Los repusieron en Facebook luego de haberlos eliminado...



¿Por qué los eliminaron del Facebook?

En noviembre del 2009, Facebook bloqueó la página de fans de NAK. Diez días después, el bloqueo terminó y la página volvió a la normalidad. Luego, en enero del 2010, Facebook nuevamente sancionó a NAK. Esta vez el sistema eliminó la página de fans por completo. Lo curioso es que en menos de 24 horas el espacio fue restituido al 100%. En ninguno de los dos casos podemos establecer los motivos o circunstancias que llevaron a Facebook a bloquear y eliminar NAK. Existen varias teorías al respecto, pero la que más aceptación ha logrado es la siguiente: al parecer el sistema de Facebook bloquea automáticamente páginas cuando éstas alcanzan cierto nivel de denuncias o quejas por parte de los usuarios de esta red social.


“No a Keiko” es el espacio de comunicación más importante del colectivo ciudadano del mismo nombre, creado en mayo del 2009 con el fin de promover un Perú libre de corrupción, en el que se practique el respeto a la democracia y la defensa de los derechos humanos. Por ello, el colectivo No a Keiko rechaza la candidatura de Keiko Sofía Fujimori a la presidencia de la República del Perú, pues la misma representa un retroceso en la consolidación de la democracia de nuestro país.

mayor información:

http://noakeiko.blogspot.com/

http://www.facebook.com/noakeiko?ref=nf

Oscar Vasquez y Jean Schmitz en La Vida Loca



Nuestro Jefe participará en la presentación del documental "La vida loca", a realizarse en el Colegio de Abogados de Lima la próxima semana.
Te envío el link para, considerando tus santas artes, puedas compartirla con la gente de Encuentros.
Gracias Diego.

http://www.cal.org.pe/cineforumlavidaloca.html

lunes, 4 de enero de 2010

Y la vida verdadera no suele conocer de caminos prefijados Miguel Cruzado y ENCUENTROS, Casa de la Juventud

Les dejamos dos fotos y un Testimonio de Miguel Cruzado, como miembro iniciador de ENCUENTROS, Casa de la Juventud.

sin lugar a dudas líneas que nos retratan y nos retan en nuestra labor y en nuestras utopías, aquellas que nos movilizan y son la razón de ser más profunda de nuestra historia, a partis de las cuales salimos al encuentro de nosotros mismos, del otro del mundo, de la naturaleza...





____Mi primer apoyo en una acción de Encuentros fue una "visita" al Equipo de Pastoral Universitaria de Huancayo. Hacía poco, Sendero Luminoso había asesinado a Coco Serrón, el coordinador del Equipo, y distintos grupos de iglesia viajaban a Huancayo a acompañar a los muchachos en el difícil momento que vivían.
Ese fin de semana en Huancayo cambió mi manera de ver mi vida como laico y profesional…

…Allí descubrí que era posible analizar y jugar, pensar y llorar, planificar y celebrar. Descubrí además que no sólo era posible, sino que era ése el mejor modo de caminar y trabajar, el modo más humano y "juvenil" de crecer. Y que para eso no había que hace r magia ni recurrir a técnicas psicoespiriruales raras: se trataba sólo de estar con todo lo que somos, de compartir lo que tenemos, de saber escuchar y devolvernos mutuamente lo que vemos. Al final del encuentro los muchachos nos agradecían, pero sentí que era yo quien debía agradecer lo vivido.

A partir de entonces empecé a vivir un largo proceso personal de integrar las distintas dimensiones de mi vida. Las mismas que había aprendido, con orgullo, a distinguir y separa r: lo académico, lo político, lo afectivo, lo espiritual. Que no se mezcle la fe con la ciencia o los afectos y la belleza con la política. Una cosa era la comunidad y otra el grupo de estudios. Una la estrategia y otra la esperanza. Una trabajar y otra celebrar. Para evitar confusiones y cuidar la calidad de cada dimensión había aprendido a fragmentar. Es ése el modo moderno de vivir y era - sigo siéndolo a veces – un buen alumno de él…

Crecí bebiendo escepticismo y pesimismo. En la sociología desconcertada con tantos cambios en la guerra que parecía cercenamos casi roda la belleza posible, con la economía quebrada que nos negaba un futuro pensable, con la política vacía de las mentiras. Me acostumbré a suspicacias, a relativizar desconfiar. Pero en estos años en "Encuentros" , acompañando grupos de jóvenes de todo el país, que buscaban y formulaban sentidos, que elaboraban propuestas, y que a pesar de todo podían soñar y apostar por sus sueños, empecé a recuperar la confianza en las posibilidades de nuestras fuerzas y nuestra fe.

Esta última fue otra de las vivencias fundantes de mi vida de aquél tiempo en " Encuentro s": la experiencia certera de que la Confianza no debilita nuestra búsqueda de lo verdadero sino que es el único modo de hacerla posible. El punto de partida de todas nuestras acciones educativas era confiar en que la vida y el sentido se abrirían siempre paso, porque ya estaban presentes en ellos, en nosotros, y más allá de ellos y nosotros.

Y la vida verdadera no suele conocer de caminos prefijados. Salíamos a cada taller con el mismo material adaptado para el lugar concreto, pero sin saber lo que sucedería en él, y regresábamos siempre a contar los cambios que debió sufrir el esquema ante los nuevos rumbos que tomó ese mismo grupo y esas mismas personas que tanto conocíamos.

Al principio me costaba este apoyarme en la confianza y aceptar la evidencia de que lo que estaba sucediendo en aquel taller o retiro o trabajo de campo, no había sido previsto, y por tanto era preciso quedarse hasta las dos de la mañana para proponer a los participantes nuevos modos de trabajar los sorprendentes hallazgos del día. A veces sobre la marcha y sin tiempo para escribirlo. A veces sólo por cuestiones tan concretas como encontrarse con doscientos jóvenes en una acción programada para cuarenta.

Creo que tardé un poco en hacerlo sentido común para mí, pero desde aquél primer taller en Huancayo ya pude entrever que no era el gesto adusto, del escepticismo académico y la desconfianza humana, los que ayudarían a caminar con seguridad, sino el ambiente fresco de la razón amorosa y el corazón expuesto.
Fue una gran época de mi vida, sin ella no me entendería ahora. Y mis amigos de "Encuentros" lo saben porque me vieron llegar y me ven ahora, ocasionalmente estar.

(Tomado de ENCUENTROS, Casa de la Juventud. 5 años de experiencia educativa 1992 – 1997 pp. 22-24)

Miguel Cruzado SJ NUEVO PROVINCIAL JESUITA




Se hizo el anuncio el 01 de enero del 2010, hacia las 10 de la noche, en la web oficial Jesuita (www.jesuitasperu.org) con el siguiente mensaje:



Hace unas horas, en la tradicional Celebración Eucarística del 1 de enero, Día de la Compañía de Jesús, que se realizó en la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima de Miraflores, se hizo público que el P. Adolfo Nicolás SJ, Superior General de la Compañía, ha nombrado al P. Miguel Cruzado Silveri SJ como nuevo Provincial del Perú.

El P. Miguel Cruzado SJ, quien va a reemplazar en el cargo al P. Carlos Rodríguez Arana SJ, es natural de Paita (Piura) y tiene 39 años. Estudió en el Colegio San Ignacio de Loyola (centro educativo de la Compañía de Jesús) de aquella ciudad. Obtuvo el título de Licenciado en Sociología por la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1995, e ingresó a la Compañía de Jesús en ese mismo año.

Ya como jesuita hizo sus estudios de Filosofía en la actual Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Su etapa de Magisterio la desarrolló como promotor vocacional de la Provincia. Seguidamente hizo el primer ciclo de Teología en el Centre Sèvres de Paris y la Licenciatura en Teología en la Georgetown University de Washington. El P. Cruzado, además del castellano, habla francés e inglés.

En el año 2005 fue ordenado sacerdote en la Basílica Nuestra Señora de la Merced de Paita y en el 2009 hizo la Tercera Probación (última etapa de la formación antes de hacer los Últimos Votos) en México.

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